Si cada uno de nosotros recuerda la mirada del padre, el beso de la
madre, el cariño del hermano y el afecto del amigo, los alegres días de la
escuela y las tranquilas noches del hogar, la hermosura de los campos y la
pureza de los cielos, el murmullo de los ríos y el silencio de las montañas,
verá, sabrá, que todas esas cosas bondades que nos rodean constituyen la
patria. Hoy que ha trascurrido algún tiempo ya desde aquella mañana cuando el
pueblo argentino reunido festejaba a gritos la libertad, la independencia de su
patria. Ese primer grito de libertad sentido, esperado, anhelado por el pueblo.
Tener un gobierno propio y libre fue el espíritu de movilización de toda
aquella gente, una mañana de julio como hoy.
Ahora yo me pregunto: ¿qué ha cambiado desde entonces? ¿Qué libertad
hemos logrado? ¿Qué clase de libertad mantenemos y festejamos?
Todo se lo debemos a la patria, ella nos da la cuna y la casa. Ella
produce el trigo, la carne y la leche con que nos alimentamos. Ella nos provee
la vestimenta, ella atiende todas nuestras necesidades y en pago de tanto bien
sólo nos pide amor, respeto y justicia.
Concluyendo me pregunto ¿estamos
lejos de recuperar la patria basada en la libertad y en el respeto ciudadano?
Yo quiero una patria libre esa que nos da y nos brinda tantas cosas a cambio de
su defensa, honor y libertad.