viernes, 28 de marzo de 2014

Tres técnicas de estudio: toma de apuntes, subrayado y red conceptual.

Consejos para tomar apuntes
Cuando el profesor/a explican un tema, es importante registrar la clase por escrito.
- Anotá sólo las ideas principales, no copies al dictado.
- Identificá los títulos de cada apartado y dedicá un párrafo diferente a cada idea.
- Dejá algo de espacio entre párrafo y párrafo. También, a los costados, para anotar acotaciones o impresiones generales.
- Usá abreviaturas para ahorrar tiempo. Elegí siempre las misma.
- Si te perdés, dejá un espacio en blanco que completarás más tarde. De esta forma, podrás seguir el tema sin perder el hilo de lo que dice el profesor /a.
- No registres sólo lo que se habla, intercalá gráficos, dibujos y esquemas que el profesor hace en el pizarrón.
- Pedí los apuntes algún compañero cuando faltes a clase.

Las claves para subrayar un texto
El subrayado consiste en destacar, médiate rayas o llamadas de atención, las ideas principales de un texto.
- Primero, leé todo el tema. Recién en una segunda lectura, subrayá lo más importante de cada párrafo.
- En cada párrafo, encontrás una idea fundamental y otras complementarias. Subráyalas con distintos colores.
- También podés realizar subrayados verticales y acotaciones en el márgenes de cada párrafos.

Cómo hacer una red conceptual
Las redes conceptuales son una forma de visualizar de representar el contenido del texto. Los conceptos se relacionan entre sí con flechas y leyendas o con palabras conectoras.
- Leé el texto e identificá los conceptos claves.
- Elegí el concepto central del tema, escribilo en el centro de la hoja y encerralo en una elipse.
- Anotá a su alrededor todos los conceptos y las palabras clave que asocies a él, y unilos a la palabra principal a través de flechas y conectores (“se relaciona con”, “es”, “permitió que”, otros”).
- Intentá que todos los conceptos estén relacionados, y que no se repitan.


domingo, 23 de marzo de 2014

La Ley del Camión de Basura

Me subí a un taxi rumbo a la Estación Central del Ferrocarril y cuando íbamos por el carril de la derecha, por poco nos estrellamos con un carro que así de repente y de la nada salió como bólido de donde estaba estacionado.
El conductor del taxi en que iba alcanzó a frenar a todo lo que daba, el taxi se derrapó y por un pelo de rana casi le pegamos al auto que quedó frente a nosotros.
Después de esto, el conductor del OTRO auto, el tipo que casi causó el accidente, asomando la cabeza por la ventanilla comenzó a gritarnos una cantidad horrible de insultos y majaderías.
Todavía recuperándome del susto, lo que acabó de sacarme de mis casillas fue la actitud del chofer de mi taxi, quien en forma extremadamente amistosa y cortés le sonreía y saludaba con la mano al conductor del otro auto.
Yo estaba furioso y confundido, pero no me quedé con las ganas y le pregunté al chofer de mi taxi que por qué se ponía a sonreír y saludar al tipo que casi nos hizo chocar, arruinar su taxi y posiblemente hasta enviarnos al hospital.
Entonces, el taxista con voz pausada me contó lo que ahora yo llamo "La Ley del Camión de Basura".
Mire, me dijo: ¿Ve aquel camión de basura? Sí, le dije, ¿y eso qué tiene que ver?
-Pues, así como esos camiones de basura existen, hay muchas personas que van por la vida llenos de basura, frustración, rabia, y decepción.
Tan pronto como la basura se les va acumulando necesitan encontrar un lugar donde vaciarla, y si usted los deja seguramente le vaciarían su basura, sus frustraciones, sus rabias y sus decepciones. Por eso cuando alguien quiere vaciar su basura en mí, no me lo tomo personal; sino tan sólo sonrío, saludo, le deseo todo el bien del mundo y sigo mi camino. Hágalo usted también y le agradará el haberlo hecho, se lo garantizo.
A partir de ese día comencé a pensar qué tan a menudo permito que estos Camiones de Basura me atropellen; y me pregunto a mí mismo cuán a menudo recojo esa basura y la esparzo a otra gente en casa, en el trabajo o en la calle.
Así que me prometí que ya jamás lo iba a permitir. Comencé a ver camiones de basura y así como el niño de la película "El Sexto Sentido" decía que veía a los muertos, bueno ahora así yo veo a los Camiones de Basura. Veo la carga que traen, los veo que me quieren echar encima su basura, sus frustraciones, sus rabias y sus decepciones y tal y como el taxista me lo recomendó, no me lo tomo personal, tan sólo sonrío, saludo, les deseo lo mejor y sigo adelante.
Los buenos líderes saben que tienen que estar listos para su próxima reunión. Los buenos padres saben que tienen que recibir a sus hijos con besos y abrazos. Los líderes y los padres saben que tienen que estar física y mentalmente presentes y en su mejor estado para la gente que realmente es importante para ellos.
En resumen, la gente exitosa no permite que los Camiones de Basura absorban su día.