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viernes, 29 de noviembre de 2013
sábado, 23 de noviembre de 2013
viernes, 8 de noviembre de 2013
Cuento fantástico
Un
misterio inimaginable
Soy solo una simple niña llamada Molí de 8 años y estoy transcurriendo la primaria en la escuela Habson en Michigan, vivo con mis padres y mi hermano, me mude hace unas semanas y no tengo muchos amigos solo un fiel compañero que se llama Franklin y es mi búho. Una noche de tormenta se abrió la ventana de mi cuarto y entro un viendo fuerte, parecía susurrarme “Molí” no le hice caso pues pensé que era mi imaginación, no conocía mucho el lugar, como pude cerré la ventana de mi cuarto. Mi búho estaba muy asustado, entonces intente calmarlo hablándole, de pronto se cortó la luz, me quede quieta en mi cuarto mientras mis padres buscaban una linterna entonces escuche llorar a mi hermano Peter, fui corriendo a su cuarto, pero allí no lo vi, lo que vi en ese cuarto quedo en mi mente. Era una sombra negra con ojos grandes, en mi mano tenía la linterna asique para defenderme la prendí y apunte hacia esa sombra, se abalanzo sobre mí y me rasgo un poco el brazo, no le di mucha importancia creí que era un gato que entro a casa. Me cure la herida del brazo y me fui a dormir sin darle importancia nadie más que yo sabía lo que había pasado esa noche.
Al otro día me levante, me sentía un poco rara, como cansada, fui al colegio como todo los días, al salir fui a mi casa de tarde empecé a jugar con mi hermano, se nos fue la hora rápido hasta que nos llamaron nuestros padres para cenar después nos fuimos a dormir cada cual a su cuarto. De pronto me empecé a sentir mal algo me estaba pasando, el brazo lastimado comenzó a convertirse en algo extraño una sola luz brillante me atrapo, cuando me mire al espejo no podía creer lo que veía era algo raro, no podía explicarlo con palabras, me convertí en un monstruo grande y negro, me dio mucho miedo saber lo que era ahora. Pensaba como romper este hechizo o eso en lo que me había transformado. Salí de mi cuarto para decirle a mis padres ellos no me escuchaban, no me veían, me asusté mucho más, no sabía qué hacer,
ahora decían mi nombre, del miedo cerré los ojos...
5º año. Evelin Tolosa.
Soy solo una simple niña llamada Molí de 8 años y estoy transcurriendo la primaria en la escuela Habson en Michigan, vivo con mis padres y mi hermano, me mude hace unas semanas y no tengo muchos amigos solo un fiel compañero que se llama Franklin y es mi búho. Una noche de tormenta se abrió la ventana de mi cuarto y entro un viendo fuerte, parecía susurrarme “Molí” no le hice caso pues pensé que era mi imaginación, no conocía mucho el lugar, como pude cerré la ventana de mi cuarto. Mi búho estaba muy asustado, entonces intente calmarlo hablándole, de pronto se cortó la luz, me quede quieta en mi cuarto mientras mis padres buscaban una linterna entonces escuche llorar a mi hermano Peter, fui corriendo a su cuarto, pero allí no lo vi, lo que vi en ese cuarto quedo en mi mente. Era una sombra negra con ojos grandes, en mi mano tenía la linterna asique para defenderme la prendí y apunte hacia esa sombra, se abalanzo sobre mí y me rasgo un poco el brazo, no le di mucha importancia creí que era un gato que entro a casa. Me cure la herida del brazo y me fui a dormir sin darle importancia nadie más que yo sabía lo que había pasado esa noche.
Al otro día me levante, me sentía un poco rara, como cansada, fui al colegio como todo los días, al salir fui a mi casa de tarde empecé a jugar con mi hermano, se nos fue la hora rápido hasta que nos llamaron nuestros padres para cenar después nos fuimos a dormir cada cual a su cuarto. De pronto me empecé a sentir mal algo me estaba pasando, el brazo lastimado comenzó a convertirse en algo extraño una sola luz brillante me atrapo, cuando me mire al espejo no podía creer lo que veía era algo raro, no podía explicarlo con palabras, me convertí en un monstruo grande y negro, me dio mucho miedo saber lo que era ahora. Pensaba como romper este hechizo o eso en lo que me había transformado. Salí de mi cuarto para decirle a mis padres ellos no me escuchaban, no me veían, me asusté mucho más, no sabía qué hacer,
ahora decían mi nombre, del miedo cerré los ojos...
5º año. Evelin Tolosa.
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